En los últimos días recrudecieron los casos en el área metropolitana que engrosaron la lista elaborada por un informe especializado sobre delitos, inseguridad y violencia.
En lo que va del año se produjeron 192 homicidios y 22.100 ataques de todo tipo, siempre con el ánimo de robo, contra adultos mayores, reveló un informe especializado que destacó que 2024 se convirtió en record para este tipo de delitos.
"Nunca en un año se habían producido más de 189 homicidios y más de 20.000 casos de despojo, por lo que 2024 ya es récord en el peor sentido para nuestros jubilados", consignó el Reporte sobre Delitos, Inseguridad y Violencia, de la ONG Defendamos Buenos Aires.
El estudio se realizó en base a datos extraídos de las causas penales que instruye la justicia Nacional y de los juzgados penales de Lomas de Zamora, Quilmes, San Isidro, San Martín, Morón, Moreno y La Matanza, detalló el trabajo.
Pocos días atrás, Eduardo Omar Jorge Villalba, un jubilado de 69 años fue asesinado en Claypole, partido de Almirante Brown, en medio de una escena estremecedora: el hombre estaba atado de manos con el cinturón de una bata en su habitación y sin signos vitales. Luego se observó que la mesita de luz estaba revuelta y la puerta del balcón abierta. En las últimas horas, la policía detuvo a dos adolescentes.
"El expediente pasará a manos de la Fiscalía Responsabilidad Penal Juvenil Nº 06. Pero lamentablemente la vida de Eduardo no vuelve más y es muy posible que los dos asesinos queden impunes y apenas con una medida de seguridad en algún instituto de menores por un breve lapso", dijo el Dr. Javier Miglino, experto en Criminología y director de Defendamos Buenos Aires.
En otro caso de similares características varios delincuentes ingresaron por la parte trasera de una vivienda donde vive un jubilado y, tras torturarlo por varias horas, le robaron absolutamente todo.
El hecho ocurrió en San Isidro y los delincuentes, que ingresaron a la morada con propósito de robo y torturaron durante 12 horas a una persona mayor, son en un caso un mayor de 18 años y en los otros tres se trata de menores.
Semanas atrás, el cadáver de un comerciante de 72 años apareció atado, con signos de estrangulamiento y golpes en la cabeza, dentro de la vivienda que era habitada por la víctima. El homicidio se consumó en el interior de un barrio privado, en el oeste del conurbano bonaerense.
Las pesquisas policiales apuntan a que varios ladrones (entre ellos "una viuda negra") serían los responsables del violento hecho, tras establecerse que en el escenario del crimen faltaban una camioneta y el teléfono celular del septuagenario. La víctima fue identificada como Luis María Schroeder.
El hecho se descubrió cuando una hija del hombre, de 48 años, arribó a la finca en la que residía su progenitor, en el complejo Terrazas del Sol, a una cuadra del Acceso Oeste. Al ingresar a la casa, la mujer observó el cuerpo de su padre, atado, desnudo y tendido en el sector del baño.
En otro caso similar, tiempo atrás la policía de Monte Grande detuvo a tres delincuentes acusados de haber asesinado a una jubilada tras incendiar su vivienda durante un robo. El cuerpo de la mujer de 71 años fue hallado por los Bomberos que habían sido llamados por los vecinos de Ramona de Jesús Meneses ante la presencia de llamas que salían de su vivienda.
Cuando los bomberos lograron sofocar las llamas se confirmó el hallazgo de una mujer muerta. La UFI N°3 de Esteban Echeverría caratuló la causa como Homicidio criminis causae, es decir, mataron para asegurarse impunidad luego del robo.
En otro caso conmocionante un jubilado de 75 años fue asesinado a golpes en su casa de la localidad de Parque San Martín, del partido bonaerense de Merlo. La víctima fue torturada y al momento de hallar el cadáver, se encontró que estaba atado de pies y manos con un cinto y una bufanda que le tapaba la boca.
El hecho ocurrió en la calle Lourdes al 1200 y fue descubierto por el hijo de la víctima que fue identificada como Miguel Ángel Lavaselli. Miguel Ángel tenía los anillos de compromiso propio y de quien fue su esposa, una cadenita de oro y unos dijes que habían sido de la señora.
"Una vez más se trató de una de las tantas bandas que salen a recorrer las calles de Capital Federal y Gran Buenos Aires en busca del ‘oro manchado con sangre’ como lo bautizamos en Defendamos Buenos Aires. Ese oro se extrae cortándole dedos a los ancianos, torturándolos de todas formas y en última instancia matándolos como ocurrió en Merlo", indicó Miglino.